martes, 1 de octubre de 2013

Sí, al final crece, pero…



“Ay, no que quejes, que al final crece.”


Tengo una relación amor-odio con mi pelo. Supongo que como el 90% de las mujeres del mundo, si no más. Pero con el tiempo he ido consiguiendo que el amor reine entre los dos… Hasta que llega el temido momento de ir a la peluquería.

No es que tema ese momento porque sea de esas que llora a mares cuando se lo cortan de más. Ya no. Lo fui, lo confieso, pero era más problema de no ir a la peluquera adecuada y acabar siempre en una acostumbrada más a hacer permanentes para ancianas que cortes para jóvenes. Pero llegó un día que, harta que el paso por la peluquería acabara en lágrimas, cambié de peluqueros. Y vi la luz. Empecé a adorar ir a cortarme el pelo y, sobre todo, salir contenta de ahí. Pero… todo tiene un pero en esta vida, y este lo conocemos todos: el peluquero que corta a la largura que le sale de las narices.

No soy de esas que sufren por la largura del pelo porque tengo la suerte de que me crece muy rápido pero, como ya he comentado alguna vez, los cambios me cuestan. Y a veces, entrar en la peluquería con una idea y salir con esa misma idea, pero con unos 5 centímetros menos de pelo, no es muy agradable. Y, repito, no porque me parezca algo trágico sino simplemente por el hecho de no haber sido atendida como quería. Así que, por favor, ahorraos la famosa frase de “no te quejes, que crece”. Lo sé, crece, y ya he dicho que a mí muy rápido, pero imagináis ir a la carnicería a por medio kilo de carne y salir con dos solo porque al carnicero le ha dado la gana? “Chica, no te quejes, si lo puedes congelar”. ¿O ir a comprar un helado de vainilla y que te lo den de fresa? “No te quejes, si también es helado”. Pues eso. Si yo quiero que me corten una determinada largura, quiero esa largura. Si no, le diría a quien me mira a través del espejo, tijera en mano, que cortara cuanto quisiera.

Así que, sí, al final crece, pero esa no es la cuestión…

2 comentarios:

  1. yo hace tiempo que dejé de tener esa relación amor-odio con mi pelo jajajaja ... pero sí, a mi hermana le pasaba algo parecido, decía dos dedos y venía diciendo me han cortado "dedos" de más xDD ... un consejo, pon tu mano, tus dedos hasta donde quieres que te lo corten y si cuando empieces a notar la tijera en tu mano sal corriendo jajaja.

    Este post ha venido antes de lo que pensabas eh jijiji ... saludos :)

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    1. Yo he acabado llegando a la conclusión de que el concepto "dedos" que tenemos todo el mundo es diferente al de los peluqueros. Esta vez no hablé de dedos sino que señalé a mitad del cuello y el pelo acabó cortado poco debajo de la oreja... De lo que no se dan cuenta es de que, cuanto más me corten, más tardaré en volver... jajajajaja

      Ha llegado mucho antes de lo esperado, sí, jajajaja

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